
Diciembre siempre llega con una energía particular. Es un mes que nos invita -a veces casi nos empuja- a cerrar ciclos, revisar el año y reencontrarnos con aquello que realmente importa.
Sin embargo, también es un mes cargado de ruido: prisas, compras, compromisos, pantallas, expectativas …
Y en medio de todo eso, a menudo perdemos lo más sencillo: estar presentes.
Este año te propongo algo distinto. Una invitación suave, casi un susurro: hacer espacio para lo esencial.
No para hacer más, sino para hacer menos.
No para llenar, sino para despejar.
No parar mirar hacia fuera, sino para mirar hacia dentro.
El silencio como espacio de encuentro
En nuestro día a día, las pantallas ocupan cada vez más espacio. Nos informan, nos acompañan y nos distraen. Pero también nos alejan del tacto, de la mirada, del cuerpo y del presente.
Darnos un respiro de pantallas no es rechazar la tecnología; es un gesto de cuidado. Un recordatorio de que nuestra presencia es un recurdo limitado y precioso.
Tal vez este diciembre puedas regalarte momentos así:
- Encender una vela y respirar hondo.
- Compartir una conversación lenta con alguien que quieres.
- Permitir que el silencio te hable.
- Volver a conectar con tu hogar, tu cuerpo y tu ritmo.
La verdadera luz del invierno
El invierno nos invita a recogernos. A cuidar el fuego interior. A escuchar aquello que no puede escucharse cuando vamos con prisa.
Replegarnos no es retroceder.
Es prepararnos para lo que viene.
Si diciembre suele llenarte de exigencias, quizá puedas preguntarte:
- ¿Qué necesito realmente este año?
- ¿Qué puedo soltar para darme espacio?
- ¿Qué es lo que mi cuerpo, mi corazón y mi alma agradecen?
Un cierre de año más auténtico
Cuidar nuestros vínculos empieza por cuidar el vínculo con una misma: la manera en que nos hablamos, nos escuchamos y nos damos permiso para vivir a nuestro ritmo.
Ojalá este diciembre sea una oportunidad para habitarte: con suavidad, con verdad, con libertad.
Un cierre que me lleva de nuevo hacia dentro
Este mes elijo dedicarme tiempo de reconexión: volver a mí, a mi ritmo, a mi silencio interior. Un movimiento hacia dentro para integrar, descansar y dar espacio a lo que está naciendo.
Gracias por estar aquí, por leerme y por acompañar este camino compartido. Que estos días te traigan calma, conexión y un poco más de luz interior.
Nos reencontramos en enero.
¡Felices Fiestas!
Artículo escrito por Anna Samsó, terapeuta y acompañante en procesos desde una mirada gestática. Conóceme más en annasamso.com
Puedes seguirme en Instagram donde comparto reflexiones y propuestas.
